I.
INTRODUCCIÓN
El lector debe
conocer de entrada que nuestra posición científica comprende que toda
producción discursiva y cultural, incluyendo la científica, se co-constituye por
una multiplicidad de factores, funciones, niveles y categorías diferentes de la
realidad humana. De igual forma que la realidad biopsicosocial y la
construcción de este conocimiento produce y responde a particularidades y
situaciones únicas, así como también puede asociarse a relaciones (de
relaciones explícitas e implícitas) de discursos, intereses, contextos (geográficos, culturales),
influencias históricas, epocales, coyunturales, y a ideologías y/o poderes. Una
ciencia que intente ser inclusiva no puede limitarse a la explicación causal,
debe incorporar la interpretación, y la incertidumbre. Vale resaltar la
divergencia entre la teoría y la práctica, cuales no necesariamente son
consecuentes, ni se relacionan armoniosamente independientemente de nuestra
volición. Es nuestro pensar que la realidad no puede constituir un todo
(espiritual y/o material), por más atractiva y seductora que sea la idea;
tampoco se articula en simples partes (interrelacionadas, interdependientes o
no); ni debemos contentarnos con asumirla como procesos o sistemas (cerrados o
abiertos) únicamente. Asumimos un pensamiento paradójico, heterogéneo, y
crítico, no puede existir un único modelo epistemológico que de cuenta de la
realidad que intenta estudiar y prescribir el científico.
Habiendo dicho
esto, la configuración de un modelo psicológico (o científico) por más complejo
e interdisciplinario que sea, se limita de una forma u otra a la multiplicidad
y a la diferencia de la realidad. La psicología evolutiva tradicional intenta
producir descripciones, evaluaciones normativas, cuantificar (la percepción de)
los fenómenos de la realidad, hacer generalizaciones, indicar y establecer
modelos correctos y esperados de desarrollo psicológico (Burman, 1994, 2008;
Broughton, 1987). Según Burman (1994, 2008; Broughton, 1987) la perspectiva crítica
de la psicología evolutiva aunque heterogénea como discurso y reclamo, presenta
las limitaciones, devela las relaciones de poder, y señala los efectos
perjudiciales intra e interpsicológicos
y socioculturales, y excluyentes de las concepciones de subjetividad de la
psicología evolutiva tradicional. El presente escrito tiene el objetivo de
acercarnos al tema de la psicología evolutiva desde una postura crítica,
deconstruyendo y analizando el discurso científico de uno de los padres de la
psicogenética, Henri Wallon. El autor intentará exponer a lo largo de este
espacio como la teoría psicológica de Henri Wallon produce un modelo
psicológico que es limitante y excluyente. Las premisas de Wallon aunque
interdisciplinarias y dialécticas, a pesar de que consideran el contexto
histórico y cultural, y asumen las variables biológicas y sociales para
explicar lo psicológico, reproducen ineludiblemente una concepción del
desarrollo que implícitamente y paradójicamente “excluyen por vía de la
inclusión”, en palabras de Román (1998).
Reconocemos que
este proyecto es arriesgado, pero estamos dispuestos a fracasar en el intento
de producir una visión critica. Quizás no logremos convencer al lector del
todo, pero elaboraremos nuestra metodología y análisis coherentemente para que
este pueda seguir nuestra línea argumentativa y cuestionamiento. La teoría de
Henri Wallon estaba adelantada a su época, es compleja y de visión dialéctica
donde interrelaciona factores biológicos y sociales y por tanto, ofrece una
visión más rica o interdisciplinaria que otras psicologías tradicionales. Es
por este aspecto, por lo implícito de la limitación de su modelo, que nos
interesa estudiar el discurso psicológico de este gran francés. También para
mostrar que aún teorías interdisciplinarias y complejas no están exentas de
limitaciones, ni implican un análisis desde el paradigma de la complejidad (vea
elementos del paradigma en Morín, 1984, 1994). Habría que reconocer también que
hemos estudiado la teoría de Wallon recientemente, y por oportunismo hacemos
este ejercicio académico con su teoría. Su teoría sobre el desarrollo
psicológico es abarcadora, con explicaciones dialécticas fascinantes (entre lo
individual y social, lo orgánico y psicológico, lo histórico y el medio), ata
lazos en múltiples factores de la realidad para suponer una totalidad
ontológica donde todo se integra en una unidad material que da sentido a
estructuras, funciones y patrones particulares. Sin duda, Henri Wallon
estableció una metodología, un método, y una teoría de la evolución psicológica
del niñ@ que todavía ofrece perspectivas válidas para el conocimiento
científico y psicológico.
No intentamos de
ninguna manera invalidar (ni lo lograremos) la teoría walloliana del desarrollo,
lo que nos interesa es contestar dos preguntas principales: ¿Qué elementos de
la teoría del desarrollo psicológico de Henri Wallon permiten considerarla
positivista, limitante y excluyente? Y por otro lado, ¿qué discursos,
ideologías y voces constituyen la teoría psicológica de Wallon? Otras
sub-preguntas que se contestarán en el transcurso son ¿cómo la teoría de Wallon
reduce la complejidad de la subjetividad humana y la complejidad social? ¿Qué
modelo de la subjetividad produce la teoría de Wallon? ¿Cómo el contexto, la
época y las influencias históricas afectaron su producción teórica? Para
contestarnos estas provocadoras preguntas recurriremos al análisis de discurso,
como un marco teórico que nos permitirá estudiar y analizar diversos enunciados
discursivos para develar su funcionalidad “referencial (informativo) , o epistémica
(interpretativo), o generativa (creativa)” (Santander, 2011, p.209). El autor
no explicará toda la teoría de Wallon, por razones de tiempo y porque el método
escogido no lo requiere, nos limitaremos a escoger enunciados de su teoría para
ejemplificar la tesis propuesta. Confiamos que la relevancia de este trabajo consiste
en aportar una visión crítica a la psicología evolutiva, permitiendo primero
debate y si es posible, a una visión más inclusiva del desarrollo por medio de
la crítica.
La metodología
que hemos escogido es cualitativa, y consistirá en un método documental, con análisis primario y
secundario, basada en la técnica del análisis de discurso. La investigación
documental que haremos recopilará información por medio del análisis primario
(fuentes primarias-textos de Wallon) y secundario (fuentes secundarias-textos
sobre el trabajo de Wallon). El marco del que partimos entiende el discurso como práctica social
(Fairclough, 2003; van Dijk 2000), como una forma de acción social (Santander,
2011, p.210). Entenderemos al discurso (científico en este caso) como una
configuración social estructurada y estructurante, que responde a coordenadas
específicas de contexto, a “ordenes del discurso y ordenes sociales”
(Fairclough, 2003, p.29) y según
Foucault (1968) a las relaciones cambiantes de poder en las instituciones de la
sociedad. Según Morales (2013) este análisis observa las funciones pragmático-sociales
de los discursos desde una relación dialéctica, donde los significados están
inmersos en contextos locales y globales (Bourdieu, 1982, 1990), que se
establecen por medio de determinados procedimientos retórico-discursivos y argumentativos.
El autor reconoce que existen diversas variantes del análisis de discursos, retóricos-descriptivos
(Pujante, 2003), semiológicos (Saussure, 1997; Barthes, 1971; Veron, 1998),
inferencial (Wilson, 1994), entre muchas otras. En este trabajo optaremos por
la corriente que entiende el discurso como acción o forma social que tiene
consecuencias específicas, nuestra atención estará dirigida al contexto y al
género de los enunciados, su significación (ideológica) y sus consecuencias en
sociedad, por lo que estaremos cerca de la tradición sociopragmática y crítica
del análisis de discurso.
Al comprender el discurso en su aspecto contextual
partimos de la premisa que
“el mensaje
que transmite un hablante concreto, en una situación comunicativa determinada,
[es] a un interlocutor o interlocutores específicos. [Por lo que] Constituye el
resultado de un proceso de significación de tipo semántico, pragmático,
sociocultural y/o ideológico, transmitido a través de los múltiples niveles lingüístico-discursivos
y retóricos, tanto de forma denotativa como indéxica” (Morales, 2013).
También nos ocupa el análisis del género discursivo,
entendido por Bajtin (1998) como una serie de enunciados que agrupados tienen ciertas
similitudes en su contenido temático, su estructura, su estilo lingüístico y su
función. Por último, recurriendo al análisis crítico de discurso, analizaremos
y señalaremos los enunciados ideológicos que reproducen relaciones de poder.
“[T]he real meaning
is the exact opposite of any attempt to absolutize particular scientific
doctrines. It requires instead that every piece of knowledge be regarded, not
of course as a purely arbitrary creation, but a representation by particular
men in a particular society, context, and moment of time, a representation
which is a product but can become a productive force in turn… [T]he self
knowledge of present-day man is not a mathematical knowledge of nature which
claims to be the eternal logos, but a critical theory of society as it is, a
theory dominated at every turn by a concern for reasonable conditions of life”
(Horkheimer, 1972: 35 y 198 citado en Morales, 2013).
Por otro lado,
hay una vertiente crítica que se enfoca en la construcción de representaciones
metales o cognitivas que producen los discursos, y la cual nos ocupa para este
análisis.
“[…] political
discourse [para nosotros el científico] involves, among other things, the
promotion of representations, and a pervasive feature of representation is the
evident need for political speakers to imbue their utterances with evidence,
authority and truth, a process that we shall refer to in broad terms, in the
context of political discourse, as ‘legitimation’.” (Chilton, 2004, pág. 23
citado en Morales, 2013).
Desde estas
coordenadas el autor se propone realizar el análisis.
II.
Contenido
Henri
Wallon fue un psicólogo, médico, filosofo, político y educador francés, que
nació en 1879 y murió en 1962. Fue uno de los pioneros de la psicología
genética, explicó la evolución psicológica del niño desde un marco
epistemológico genético, biológico y social y desde el materialismo dialéctico
e histórico. Junto a Piaget, Vygotsky, y el psicoanálisis produjo un corpus
teórico sobre el desarrollo psicológico de los individuos en sociedad. A
diferencias de los otros teóricos, Wallon interrelacionó lo orgánico con lo
social, el contexto histórico y el medio como factores fundamentales. Resalto
el carácter afectivo y emocional de la conciencia, y explicó esta como producto
de una simbiosis afectiva entre el niño y el otro (su madre y cuidadores
principalmente). Para Wallon todos estos factores están relacionados, y como
parte de la dialéctica materialista concibe que todo es producto de la materia,
que la evolución va de lo más simple a lo más complejo, y el desarrollo es
continuo y contingente. Según Wallon (1980) la materia orgánica precede a la
materia social, empieza con la fisiología para explicar lo psicológico. No
tenemos la intención de explicar la teoría de Wallon pero queríamos ofrecer
unos detalles sobre su trabajo para darle al lector una brevísima imagen de su
trabajo.
A
continuación mostraremos varias citas de textos de la teoría de Henri Wallon
para ir construyendo el análisis discursivo que nos proponemos. En ocasiones
acudiremos a textos secundarios para sostener nuestro argumento, de autores que
hablan sobre la teoría de Wallon aún reconociendo las limitaciones que esto nos
presenta. Durante este trayecto intentaremos mostrar y fundamentar nuestra
opinión sobre los elementos de la teoría de Wallon que la hacen un modelo
limitante, positivista y excluyente, así como indicar que voces, discursos e
ideologías se observan. Importante es aclarar que no decimos que Wallon tenia
una concepción limitante y excluyente (quizás en teoría no), pero al
materializar lingüísticamente su teoría esta no puede escapar a ciertas limitaciones.
En Psicología del
niño, Wallon (1980) explica que “Cualquier niño normal debe poder adquirir el
lenguaje a partir de un determinado momento en su evolución”. También Wallon
criticando el determinismos y reduccionismos de los tests de inteligencias dice
“habría que concluir que la inteligencia de un idiota- es decir, de un
individuo cuyas aptitudes intelectuales son muy rudimentarias […]”. Analizaremos esto desde el análisis crítico
de discurso desde su función referencial, aquel que informa algo, epistémico,
que interpreta algo y generativo, que crea algo
(Echevarría, 2003) y considerando como antes expusimos, el contexto del
mensaje, el género discursivo y sus consecuencias. Respecto al contexto del
discurso este se produce en la primera mitad del siglo XX, en Francia. Wallon
es médico y psicólogo, sus lectores son médicos, psicólogos y psiquiatras,
hombres de ciencia en general. Conoce la teoría evolucionista y la dialéctica de
Hegel y Marx. Para ubicar este discurso en su género, establecemos que pertenece
al discurso científico. Al concebir la dialéctica como base epistemológica y a
la biología como partida de sus análisis teóricos para explicar lo psicológico,
concibe o expresa el desarrollo desde una lógica positivista y dicotómica
aunque siempre insiste en la totalidad. “Cualquier niño normal” implica que hay
niños anormales, además, el supuesto de que el “lenguaje” es fundamento para
ser normal contiene una carga ideológica que limita como anormales a aquellos
que no logren hablar. La idea de “evolución” en esa cita muestra su concepción
biológica y organicista, y establece la idea de un desarrollo normal esperado
en el niño. En la otra cita podemos observar explícitamente al adjetivo de “idiota”,
denota la idea de anormalidad psicológica en los sujetos. Wallon es producto de
finales del siglo XIX, done
surge el interés de estudiar científicamente los factores psicológicos del
niño, y donde proliferan las generalizaciones y modelos del “desarrollo
normal”. El pensamiento dominante de la
época establecía que si la evolución de las especies ha sido por etapas que
progresan a través del tiempo, la vida del niño se puede explicar en términos
de etapas de desarrollo, “la ontogenia recapitula la filogenia” (Burman, 1994).
Otra cita que expone las limitaciones de su
modelo y las consecuencias prácticas de su visión psicológica es la siguiente:
“Si se trata de simple deficiencia intelectual, ahora
está a nuestro alcance medir las aptitudes del niño con la ayuda de tareas
seleccionadas que nos permiten compararlo a la medida de los otros niños. El
problema es mucho más difícil de resolver cuando se trata de esos niños
torcidos, viciosos, perversos, en los que las anomalías se traducen en
perturbaciones de conducta y contra quienes la sociedad debe preservarse…”
(Wallon, 1985, p.163)
Podemos observar la comparacion entre niños “normales”
y niños “torcidos, viciosos, perversos” con “anomalias”. La voz que habla es la
de un medico, que supone que el organismo debe ser una manera particular para
que pueda ser inteligente y normal. El genero discursivo de este discurso es
cientifico y psicologico. La ideologia que integra es la de un supuesto de
normalidad, que lo lleva a un enfoque comprartivo entre lo deseado y lo
indeseado, lo desarrollado y lo “torcido”.
En otro texto de Wallon, La vida mental (1985)
expone “La inteligencia del niño tiene sus orígenes en manifestaciones
parecidas a las que han sido observadas en las especies animales más próximas
del hombre.” Wallon recurre nuevamente a la metáfora organicista, estableciendo
una metáfora por medio del discurso científico, donde el humano se equipara con
el animal, la ontología del hombre es su base orgánica y material. En esta cita se ubican voces organicistas, positivistas y
esencialistas que hablan desde la ciencia. Martí-Sala establece que
el modelo organicista presenta al humano como
“un
organismo, un ser activo y organizador, cuyos comportamientos no pueden ser
reducidos al análisis de sus componentes; la predicción exacta en términos de
causas eficientes se vuelve imposible. El desarrollo, inevitable por las
características mismas del ser viviente, es una construcción definida por un
vector y caracterizadas por etapas cualitativamente diferentes, que muestran
organizaciones estructurales distintas.” (Marí, 1991, p.39 )
Según Martí (1991) este modelo se basa en
postulados racionalistas para explicar la evolución, “en términos de principios
universales, normativos y dinámicos (equilibración,
diferenciación-integración), en los que la interpretación (apoyada en una base
empírica pero sin reducirse a ella) juega un papel de primera importancia.” (Overton,
1988 citado en Martí, 1991, p. 40). Volviendo a la cita de Wallon, si la
inteligencia tiene sus orígenes en las especies más próximas al hombre, el se
refiere a los monos superiores, entonces la inteligencia será algo que podremos
ubicar, medir y describir, es una característica de lo superior, de lo
evolucionado, y debemos esperarla en todos los niños de una manera u otra,
porque corresponde a la “naturaleza de lo orgánico”. Este modelo produce
ontología y permite generalizaciones sobre la inteligencia y lo biológico. Además,
si el desarrollo psicológico del niño parte de lo orgánico, entonces esta
premisa da paso a psicologías “primitivas”, sujetos que no lograron su
“adaptación” bien, y de tener el cuerpo afectado por cualquier razón,
tendríamos sujetos y niños anormales que no se equiparan al sujeto
“evolucionado”.
A continuación
presentaremos una cita extensa del trabajo de Wallon para analizar la ideología
y las consecuencias de tal discurso en la praxis.
“Se ha establecido una comparación entre niños que
se han educado en un medio en que el lenguaje es pobre, rudimentario, monótono,
con un contenido muy poco desarrollado y niños que se han desarrollado por el
contrario en un medio ‘intelectual’, en el que el lenguaje presenta grandes
matizaciones de sentimientos o finas distinciones intelectuales. Todas las
partes de la inteligencia, del razonamiento, que se encuentran ligadas al
lenguaje, que exigen su empleo – y se trata de un inmenso campo de la inteligencia-
se encontraba mucho más desarrolladas en los últimos que en los primeros. El
medio juega un punto considerable a partir del punto inicial, por lo menos en
lo que se refiere a determinadas funciones.” (Wallon, 1980)
Continuando el argumento de la cita anterior,
en esta cita Wallon implícitamente relaciona la inteligencia con la capacidad
lingüística y el medio. Wallon señala que el lenguaje es necesario para el
desarrollo de la inteligencia, y que depende del medio para que el niño sea más
inteligente, nuevamente el niño como organismo, necesita de las influencias de
su medio para adaptarse “bien”. Entendemos que Wallon intenta observar y
describir ciertas capacidades intelectuales, pero son estas capacidades
intelectuales que responden a un discurso positivista de la inteligencia y
reduce lo intelectual al uso lingüístico. Sabemos que hay mudos inteligentes,
esta cita a mi entender denota una postura clasista sobre la inteligencia y los
medios, visión que puede entenderse por la influencia del marxismo en Wallon.
Sabemos que Wallon no explica el medio específico, pero reconocemos
implícitamente que “el medio [donde] el lenguaje es pobre, rudimentario,
monótono, con un contenido muy poco desarrollado” a diferencia del “medio
intelectual”, corresponde precisamente a uno de los términos que el mismo
empleo en esa frase, a un contexto y una comunidad “pobre”. De esta forma su
teoría contiene elementos de una psicología limitante, reduccionista y
positivista, modelos que tienen una concepción del
desarrollo como señala Burman (1996) de la familia blanca educada, de clase
media alta y del norte, por lo que sus prescripciones “amplían el ámbito de
evaluación y la patologización de la mujer [el hombre y el niñ@] pobre y
carente de educación”.
Ahora
recurrimos a un cita de Ferreyra (2011) donde explica la visión de Wallon sobre
el desarrollo. “El cambio se origina en las contradicciones internas de las
cosas que entran en conflicto. Esto es útil para ver la historia social del
hombre, pero también es observable en el desarrollo evolutivo. El cambio tiene
una racionalidad. La realidad cambiante conlleva una racionalidad que hay que
descubrir.” Ferreyra es un profesor, psicomotircista argentino, este texto va
dirigido a otros maestros y psicomotricistas principalmente. En la cita podemos
observar la ideología del materialismo dialectico e histórico, presenta el
origen del cambio como una contradicción interna de las cosas. El cambio no
necesariamente tiene de darse por contradicción, y el cambio de los animales y
su “evolución” no tiene porque corresponder con el humano. Observamos voces
historicista, evolucionistas y una ideología racionalista y positivista. Esta
postura parte de una visión esencialista de la realidad, y claramente se
observa el racionalismo del la ciencia clásica “El cambio tiene una
racionalidad.”. Y explícitamente positivista, “La realidad cambiante conlleva
una racionalidad que hay que descubrir”, Wallon creía en descubrir cosas,
aunque era filósofo, tenia un espíritu científico.
Para
Morin (1984, 1994) y Mires (1996) el esencialismo, el reduccionismo,
absolutismo, la racionalidad y el positivismo son elementos del paradigma de la
simplicidad, elementos que de alguna manera no conciben la heterogeneidad y la
complejidad de la subjetividad humana y la realidad social. Sabemos que
Ferreyra y Wallon hablan del cambio, de lo dinámico, y la realidad para
nosotros es precisamente cambiante, pero esto no quita que su expresión
lingüística produzca ciertas representaciones sociales y cognitivas sobre el
desarrollo. Desde el análisis critico del discurso ideológico, debemos
preguntarnos ¿cuál es esa racionalidad? Y ¿qué implicaciones tendría en la subjetividad
del humano? No vamos a contestar esta pregunta por limitaciones de tiempo, pero
indicaremos que contienen la idea del progreso, que implícitamente contiene la
ideología de la trascendencia. Es esta idea de la trascendencia la que
posibilita también los modelos de un desarrollo normal y otro anormal, o
subdesarrollado, de un sujeto evolucionado y otro atrasado o primitivo.
Para
analizar otra cita sobre la teoría de Wallon recurrimos ahora a Voyat (1984)
“At four to six months of age, the child enter a period of socialbility in
which he establishes a relationsship with anyone”. Esta cita de Voyat
explicando a Wallon muestra la concepción temporal del desarrollo psicológico.
Podemos observar la influencia de la física y sus conceptos temporales en la
producción de conocimiento psicológico, que a la vez influyó a la biología y a
su teoría de la evolución. Sabemos que Wallon rechazaba los reduccionsimos, las
generalizaciones, y que indicaba edades en términos relativos, mas la idea de
tiempo en la concepción del desarrollo psicológico permite la representación de
un desarrollo normal y anormal. Este modelo permite en la praxis que aquellos
niñ@s que a esta edad no logren tales capacidades se les someta a psicólogos o
médicos para “descubrir” los problemas en su “evolución”, problemas orgánicos o
psicológicos.
III.
Conclusión
A
lo largo de este breve escrito intentamos exponer como la teoría y concepción
de desarrollo de Wallon, aunque interdisciplinaria, que contemplaba el cambio
continuo y dialéctico, y consideraba factores biológicos, sociales, históricos
y del contexto, su discursos respondía y no escapaba a elementos limitantes,
reduccionistas y positivistas. Algunos de estos elementos observados a través
del análisis discursivos de varias citas de sus textos fueron sus metáforas
organicistas con lo humano, que lo llevaron a la concepción evolucionista de la
subjetividad, donde se espera un desarrollo normal. Una concepción historicista
y desarrollista del humano, y un racionalismo. Otros elementos fueron su
reduccionismo materialista y su absolutismo de que todo cambia. Así como la
idea implícita de que hay una normalidad, un progreso óptimo, esperado y
normal. Se encontraron voces, discursos e ideologías racionalistas, clasistas,
científicas, materialistas, organicistas, entre otras.
A
nuestro gusto la teoría de Wallon es la más comprensiva de las teorías del
desarrollo psicológico, ya que interrelaciona y considera diversos factores de
la realidad, pero no es exhaustiva, “[…]
una serie de factores, por necesarios que sean, no es suficiente para
determinar un desarrollo determinado. Debido a la ausencia de factores o
mecanismos internos propios al desarrollo psicológico mismo, no se sabe de que
manera los diferentes factores extrapsicologicos (maduración, sociedad,
cultura) inciden en la construcción de lo individual” (Martí, 1991). Wallon
explica el desarrollo desde la materia, observa e indica las diversas funciones
y mecanismos de las emociones, el medio y el otro la “evolución” psicológico
del niño, pero poco habla del sentido, de las ideas, los factores psicosociales
de la personalidad y del inconsciente, que a nuestro parecer porque no sea
demostrable no deja de existir. Wallon se concentra más en la explicación de lo
psicológico, que en entender, interpretar todo lo que implica lo psicológico. Independientemente de no
hable de temas que quisiéramos (o no observamos), Wallon presenta un sujeto
anormal y otro normal, uno evolucionado, uno inteligente y otro “idiota”. Su
concepción del desarrollo es contingente y abierta, pero produce un modelo
psicológico limitado y excluyente. Las consecuencias de que su voz científica
en momentos determinara fases de evolución y desarrollo y capacidades o
funciones esperadas, producen en la praxis un modelo a seguir, una
representación ideal de lo que debe ser el desarrollo psicológico. Los niños
que no hablen a tal edad, o no socialicen, o pueden tener pensamiento
abstracto, serán condenados a ser un sujeto retrasado, a ser un “idiota”.
Wallon
hizo un trabajo de vanguardia, y su teoría sobre el desarrollo psicológico es
holística y compleja. Pero en este trabajo se intentó exponer que su discurso
científico y del desarrollo aunque complejo, contienen en si mismo elementos
limitantes y excluyentes para la diversidad de subjetividades posible. Esto
para nada implica que la teoría de Wallon no tenga validez, ni relevancia. Además,
se reconoce que por la limitación de tiempo no se pudo realizar un análisis
comprensivo como se podría hacer si el tiempo lo permitiera y quizás, no
pudimos demostrar adecuadamente el punto que intentábamos desarrollar.
Por Abelardo Hernández Martínez, M.A.
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